* "CUANDO SALÍ de MI CASA"


CUANDO SALÍ de MI CASA

DOS COSAS NOMÁS SENTÍA,

LA CALLANA* en QUE TOSTABA

Y LA PIEDRA en QUE MOLÍA

              (Cuarteta de la Tradición)


-1-

He andado los senderos

y los caminos del norte,

desde que era de´este porte

trabajando de minero.

Anduve de pirquinero

y la pubertad me abraza,

dormía en una payaza*

bajo el frío del desierto,

pensando en mi sino incierto

CUANDO SALÍ de MI CASA.

*

-2-

Trabaje en el manganeso

y en minerales de hierro,

con mi pala movi cerros

y de pago, medio peso.

Caminé como un poseso

por los durmientes, la vía,

solo y sin compañía

buscando siempre un laburo,

un techo, un lugar seguro

DOS COSAS NOMÁS SENTÍA.

*

-3-

Era libre, con cadenas

en la rueda del destino,

del pobre supe que el vino

les aliviaba las penas.

Trabajé en mil faenas

en todas me adaptaba,

con un futuro soñaba
solo eso te consuela

mi infancia que se vuela,

LA CALLANA* en QUE TOSTABA.

*

-4-

También supe del color

que tiene la esperanza,

que entre huelgas y matanzas

conserva aún su fulgor.

También supe del calor

de gente que vive al día,

que entregaban alegría, 

y los sentía parientes
en el destino doliente

Y LA PIEDRA en QUE MOLÍA.

*

-Despedida-

Brindo por estos mineros

casi todos campesinos,

andando negros caminos

en este mundo artero.

Brindo por los pirquineros

un trabajo casi oculto,
en experiencias muy cultos
con ellos fue que aprendí,

en esas vivencias crecí

y curtido me hice adulto. 


                      
-Beto-

*
CallanaVasija de barro muy ancha y baja, o trozo de olla que se emplea para tostar trigo o maíz, que molido constituye la harina tostada.
Payasa= Colchón relleno con paja u hojas de choclo.




 

 

* “SOY VENDEDOR PUERTA a PUERTA”


“Por esta calle me voy

por esta otra doy la vuelta

la niña que a mí me quiera

téngame la puerta abierta”.

(No importa que no me quieran. Pedro Yañez)

 

-1-

Soy vendedor puerta a puerta

a créditos semanales,

cómodas cuotas mensuales

es nuestra mejor oferta.

Las caseras están alertas

cuando al trabajo me doy,

ahí viene el Beto hoy

vendiéndole a las féminas,

linda ropa femenina,

por esta calle me voy.

 

-2-

Vendo calzones y blusas

sostenes todas las tallas,

calcetas, finas toallas

medias, faldas de gamuza.

Perfumes marcas difusa

y jersey de lana suelta,

todas las prendas revueltas

me han dejada las caseras,

voy por la misma vereda

por esta otra doy la vuelta.

 

-3-

Yo vendo por las mañanas

cuando no están los maridos,

así aumentan los pedidos

y yo vendo con más ganas.

Miran tocan las lanas

y se prueban las poleras,

de muy graciosa maneras

mostrando que bien encaja,

les digo: le hago rebaja

la niña que a mí me quiera.

 

-4-

Hacían desfile e´ moda

con los sostenes y enaguas,

a mí se me hacía agua

el cuerpo y la boca toda.

Ropa para una boda

solicita una clienta,

y me ruega una oferta

que a ella le halague,

“la que en género me pague “

téngame la puerta abierta.

 

-Despedida-

Las mujeres más hermosas

supieron de mis virtudes,

yo sacié sus inquietudes

de la forma más sabrosa.

Llegó si la dolorosa

ninguna había pagado,

el turco* se fue quebrado

sonó como comerciante,

y yo me quedé cesante

bien comido y bien bailado.

 

     -Beto-


*Turco: 
Ya saben, en Chile existe la mala costumbre de “bautizar” a los árabes y no árabes que venían de oriente, como turcos. El “turco” de esta historia, era libanés.


* A mis veinte años, dejé de trabajar en la Oficina Salitrera Pedro de Valdivia y me fui a Iquique, donde trabajé de “Vendedor Puerta a Puerta”, ofreciendo finas ropas femeninas muy atractivas y perfumes extranjeros que se traían algunas de Santiago y otras de Arica, cuando esa ciudad era por aquellos años Puerto Libre. Eran ventas a créditos donde las personas daban un pequeño pie y pagaban en “cuotas semanales”.
Eran los años de Gobierno Eduardo Frei y su tristemente famosa “Revolución en Libertad”, es la época en que comienzan las grandes huelgas y movilizaciones en todo el país, cuando la “revolución” del narigón, no satisfizo las inmensas necesidades que se venían acumulando. Es la época del quiebre de las Pesqueras en Iquique (o más bien quiebre programado, todas se fueron al Perú) dejando a miles de trabajadores cesantes que desembaulaban por las calles de Iquique. Poquito antes, marzo del 66, es el año de la masacre en la mina de El Salvador.

En 1968, dejé el norte y me fui a Valparaíso a probar suerte. Ahí me quedé.


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